viernes, 23 de enero de 2009

Pecado en el pueblo de Dios

Hola, te quiero contar una historia que leí ahora, es sobre los hijos de Israel, después de que Dios detuviera el río Jordán para que Israel pudiera pasar en seco.

Los habitantes de Canaán, la tierra prometida, ya habían perdido las esperanzas de hacerle frente a Israel porque habían conocido el poder del Dios que estaba con Israel.

Josué 5:1, 6:1-2
5:1 Cuando todos los reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán al occidente, y todos los reyes de los cananeos que estaban cerca del mar, oyeron cómo Jehová había secado las aguas del Jordán delante de los hijos de Israel hasta que hubieron pasado, desfalleció su corazón, y no hubo más aliento en ellos delante de los hijos de Israel.
6:1 Ahora, Jericó estaba cerrada, bien cerrada, a causa de los hijos de Israel; nadie entraba ni salía.
6:2 Mas Jehová dijo a Josué: Mira, yo he entregado en tu mano a Jericó y a su rey, con sus varones de guerra.
(Josué 6)
Desde un principio, Jehová dio la victoria a Israel.

Después de derrumbar milagrosamente el muro, Josué dijo al pueblo: "Gritad, porque Jehová os ha entregado la ciudad"
17 Y será la ciudad anatema a Jehová, con todas las cosas que están en ella; solamente Rahab la ramera vivirá, con todos los que estén en casa con ella, por cuanto escondió a los mensajeros que enviamos.
18 Pero vosotros guardaos del anatema; ni toquéis, ni toméis alguna cosa del anatema, no sea que hagáis anatema el campamento de Israel, y lo turbéis.
(Josué 7)
Los hijos de Israel entraron y mataron a filo de espada a los habitantes de la ciudad y luego la quemaron. Esta fue la primera victoria de Israel en Canaán.
1 Pero los hijos de Israel cometieron una prevaricación en cuanto al anatema; porque Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá, tomó del anatema; y la ira de Jehová se encendió contra los hijos de Israel.
Cuando destruyeron Jericó, Josué envió otros espías hacia Hai.
3 Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, sino suban como dos mil o tres mil hombres, y tomarán a Hai; no fatigues a todo el pueblo yendo allí, porque son pocos.
4 Y subieron allá del pueblo como tres mil hombres, los cuales huyeron delante de los de Hai.
5 Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.
Pero la historia en Hai fue diferente: El ejercito de Israel de como tres mil hombres terminó volviendo su espalda, huyendo, del ejercito de Hai pero fueron derrotados en una bajada. Imagina como estaba la moral de Israel.

Si le estás echando la culpa a los espías, te cuento que la verdadera razón de esta inesperada derrota la dice Jehová a Josué en estos versículos:
11 Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.
12 Por esto los hijos de Israel no podrán hacer frente a sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán la espalda, por cuanto han venido a ser anatema; ni estaré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Dios sabía quien había tomado del anatema y como lo había hecho; sabía que quien lo había tomado también había mentido para introducirlo al campamento (quizás alguien le pregunto que eran esos objetos que llevaba). Al día siguiente, Jehová reveló a Josué quien había tomado del anatema y encontrándolo aconteció lo siguiente:
19 Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras.
20 Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho.
21 Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.

Como 3,000 personas perdieron la vida a causa de un hombre.

Proverbios 19:5
5 El testigo falso no quedará sin castigo, 
Y el que habla mentiras no escapará.
Después fueron apedreados y quemados él, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía.

Luego de leer esta historia, te dejo con una pregunta ¿Vale la pena afectar a tus seres queridos, tus hermanos en Cristo y tu casa solo por complacerte a ti mismo pecando?

2 comentarios:

  1. Nop no vale la pena o.o por mas era de misericordia en la que nos encontramos gracias a Jesus, quiza el castigo no siempre sea tan asi hoy en dia, pero con solo perder un segundo del proposito de Dios para nuestras vidas ya es la peor tragedia que nos puede pasar.

    No hay q descalificarnos de su proposito por nada!

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  2. NO, no vale la pena. Muchas veces lamentamos haber perdido algo valioso que teníamos. Eso mismo ocurre cuando perdemos la comunión con Dios y sus frutos por satisfacer nuestros apetitos pecaminosos

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